domingo, 30 de noviembre de 2008

"AÑO DE CONQUISTA" II

CRUZADA DE FE DEL NOMBRE DE JESUS DE ROSARIO—ARGENTINA

Dios nos llamo a la conquista este año, a comienzos del 2.008 compartí con uds. Isaías 54: 2-3. “Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sea extendidas; no sea escasa; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque te extenderás
A tu mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredara naciones; y habitara las ciudades asoladas”.
Con la autoridad delegada por el Señor debemos extendernos y conquistar aquellos sitios que el enemigo ha tomado cautivos en nuestras vidas durante tantos años.
He oído testimonios de muchos se han ensanchado y lo han logrado, pero como aun otros no lo han conquistado todo, quiero animarlos en este paso de fe y obediencia.
Quizá, no se dieron cuenta que, para conquistar hay que pelear; no hay conquista en la que no haya confrontación. Nadie conquisto algo en ningún campo sin que haya habido esfuerzo primero. Los grandes personajes de la Biblia y de la historia han sido gente de valor, que se animaron a pagar el precio, llenos de coraje si reparamos en sus cualidades descubriremos a personas de pensamientos certeros, que se animaron a probar, a equivocarse; que a pesar de la burla o de la critica lo intentaron muchas veces; observaremos que hay esfuerzo de por medio y que pusieron todas sus energías.
Soñamos con ganar Argentina, oramos para alcanzar nuestra ciudad, trazamos estrategias para testificarles a nuestras familias y la visualizamos en la iglesia, entendemos que esa es la “conquista” en la que debemos poner toda nuestra atención, recursos, oración, tiempo, talentos, etc. Si bien esto es verdad, para llegar hasta allí, debemos comenzar conquistando nuestra propia alma, es decir, sometiendo nuestra voluntad, emociones y mente al señorío de Jesucristo.
Conquista es la consigna, quizás la primera confrontación sea con nosotros mismos.
Confrontarnos con el temor, la abnegación y puedo seguir agregando a la lista. A través
De esta palabra hoy su mente se renueva, comienza el proceso de transformación para ver la realidad como Dios la ve, para entrar a una nueva manera de vivir: de victoria en victoria. Algunos creyentes piensan “si Dios me lo quiere dar, que me lo de” y pacientemente esperan sentados que venga la victoria. Pero la Palabra de Dios nos muestra otra realidad. Dios le dijo a Josué “esfuérzate y se valiente para tomar la tierra que les prometí; no temas porque yo estoy contigo”. Y quiero destacar el equilibrio en la conquista: yo hago lo que me corresponde y Dios se encarga de hacer lo sobrenatural.
Josué se encargo de oír y obedecer dando vueltas a Jericó y Dios se encargo que esas murallas cayeran. ¿Quien se llevo la gloria de la victoria? ¡¡Dios!! ¿Quién obtuvo los beneficios? Todo un pueblo. Muchos hoy en día se rigen por la ley del mínimo esfuerzo,
Pero lo cierto es que hay que pelear para lograr algo. Tanto en la medicina, como en la tecnología, en las ciencias, en la educación, en el comercio; en todas las áreas se tiene que combatir, batallar, intentar, contender, para lograr el objetivo.






Obviamente es más fácil mostrarse neutral, dejar que otros hagan pero esa no es la actitud de un conquistador. Estamos involucrados en una batalla, y para ganarla, hay que pelear, ser osados, actuar a la ofensiva. Siempre estarán aquellos que prefieren quedarse en el status quo (del latín el estado actual, resistencia a el cambio), en lo conocido, en la comodidad, recibiendo “lo servido y masticado”, pero no así nosotros, la iglesia del Señor, porque El nos ha llamado a ¡con-cuis-dar!
Amigo/a, Hno/a, Cuál es el área de debilidad que le tira para abajo y no le deja disfrutar la bendición de ser “cabeza y no cola” que lo frena de estar sobre y no debajo.
Eche mano de una actitud de hierro, desafíese a si mismo y aunque casi termina el año, sea persistente, fuerte, determinado, valiente. Ate al hombre fuerte que lo inhibe, que le quiere hacer creer que “esto de la conquista”, es para otra clase de gente; no acepte esa mentira, ¡esto es para usted! Lo acompaño en fe y oración: determínese a despojar al enemigo, a saquear los bienes que le pertenecen y el diablo le ha robado hasta el día de hoy. Este es el año de su conquista. Pelee; si, pelee de modo que sea un año de conquista para todos, inclusive para usted.
¿Cómo se hace? En el Espíritu, no en la carne. No es imponiendo, ni con violencia sino con las armas espirituales poderosas en Dios. Pronunciando el dulce y poderoso Nombre de Jesús, sumando ayuno a la oración, teniendo comunión con los hermanos, con la revelación del Espíritu Santo, invocando el poder de la sangre de Cristo. Dondequiera que Satanás haya tomado ventaja en su vida, en esta ultimas semanas del año, lo veremos ceder, ya sea en el carácter, en el compromiso, en el servicio, en ser testigo, en la prosperidad, etc. Se que se fortalecerá interiormente para tomar su victoria.
La Palabra de Dios nos cuenta de ese sentimiento de complacencia y reticencia a los cambios (no es nada nuevo); el pueblo de Israel no quiso pelear; se resistió a entrar a la Tierra Prometida mediante la conquista. “Subamos luego-dijo Caleb, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30). Nadie que tenia 20 años para arriba quiso guerrear para poseer; querían volver a la esclavitud, les pareció mejor “lo malo conocido” que “lo bueno prometido”. Pero todo cambio que esperamos ver, comienza con que uno acepte cambiar. La congregación grito, lloro, se quejo, preferían estar muertos a arriesgarse a la conquista. “Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, volvamos a Egipto” (Números 14:4). No querían seguir a Dios ni a los lideres puestos por El; por eso ellos son los que tienen que buscarse un jefe, un nuevo dirigente ya que saldrían del cuidado y de la guía de Dios; note: necesitaban un guía que los lleve nuevamente a la esclavitud!!
No se deje conquistar por los que van derechito a la derrota; conquístese, y al triunfar vera conquistas en otros aspectos. Si llego hasta aquí en su peregrinar, no vuelva atrás, ¡pelee!; Pablo le dijo lo mismo a su discípulo Timoteo: “Pelea la buena batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12), esfuérzate intensamente, persevera fielmente y contiende contra los adversarios. Y en la segunda carta a el mismo lo trata como a un fiel soldado y le dice:”Tu, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús” (2:1 y 3 al 6)









“Tu, pues, sufre penalidades como buen soldados de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomo por soldado.
Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Bregar, trabajar, resistir, soportar, luchar, para obtener el fruto. Hay que trabajar la tierra antes, después vendrá el fruto. Quien conquista no es de los que buscan zafar, ni se conforma con migajas ni elude responsabilidades.
Oro para que usted asuma una actitud de fe, pasión y perseverancia, lo que lo llevara a nuevos niveles espirituales; que actúe siempre sobrio, sabio y como un entendido frente a la conquista que Dios nos ha encomendado.
Busque a Dios en oración, ayune, reciba revelación, identifique aquella área en la que se estanco. Dígale ¡basta! Al área débil; renuncie y cancele todo argumento sin descuidar toda fortaleza del enemigo, guíe a otros a la conquista, exhiba públicamente a los derrotados (Colosenses 2:14-15) Le animo a seguir el ejemplo de hombres y mujeres de la Biblia, como Josué, Caleb, Débora, Ester, que se levantaron para pelear y conquistar.
Usted tiene que tomar una decisión: o se queda donde esta o va por más; se queda en el desierto o enfrenta al enemigo y toma la tierra con un espíritu y agallas de conquistador; como Caleb invito al pueblo en el momento de la conquista, esta es mi invitación para usted. “Entonces Caleb calmo al pueblo delante de Moisés, y dijo: Debemos ciertamente subir y tomar posesión de ella, porque sin duda la conquistaremos”(Números 13:30)

Rosario, Santa Fe, Argentina; 30 de noviembre de 2008

PASTOR ORDENADO: MARCELO ALBERTO PALOMBI